lunes, 10 de septiembre de 2007

"ROBLES" AUTÓCTONOS DEL BIERZO


Fuente: Gistredo. Revista de Montaña.Número 4, Junio de 2002

Miguel Ángel Vizcay González
Los robles son árboles que pertenecen a la familia de las Fagáceas, distribuidas de forma natural por prácticamente todas las regiones templadas y muchas tropicales del mundo, allí donde ciertos factores climáticos, como temperaturas o precipitaciones no excluyen al bosque. En esta gran familia de árboles planifolios (hojas planas, no aciculares), se incluye el género Quercus, que engloba tanto a los robles de hoja caduca o marcescente (parte de las hojas permanecen secas y marchitas en el árbol durante el invierno), como a árboles de hoja perenne como las encinas o los alcornoques –las hojas se les van cayendo a lo largo del año-. La principal característica común a este género es su fruto en bellota.
Otras Fagáceas muy conocidas son las hayas, presentes tanto en el hemisferio norte en Norteamérica, Europa y Asia con unas pocas especies (Fagus sylvatica es la especie europea), como en el hemisferio sur en los Andes Patagónicos chileno-argentinos, Nueva Zelanda, Australia e islas cercanas, con el género Nothofagus; los castaños, con cinco o seis especies en el hemisferio norte, como Castanea sativa o castaño europeo, y otros géneros menos comunes, al menos en Europa, se suman asimismo a la gran familia de las Fagáceas.
El género Quercus que nos ocupa es uno de los más variados entre los árboles, pues incluye más de 800 especies de las regiones templadas del hemisferio norte y de las grandes altitudes tropicales. Su máxima diversidad se da en México y vertiente sur del Himalaya, con decenas de especies. Otro tanto sucede en otras regiones templado-húmedas como en Norteamérica o Japón. En Europa la diversidad es menor debido en parte al catastrófico efecto que para la flora europea supusieron las glaciaciones cuaternarias (ver Gistredo Nº 0). No obstante, el sureste europeo se libró en parte de ellas, de ahí la mayor variedad arbórea de regiones como los Balcanes, cuyos bosques son un auténtico paraíso para el botánico.
En España “disponemos” de seis Quercus arbóreos (más uno arbustivo) de hoja caduca o marcescente, en lenguaje común “robles”, y dos o tres más de hoja persistente (los científicos no se ponen de acuerdo sobre si hay en la Península una o dos especies de encinas, a las que hay que unir el alcornoque). De los primeros, cuatro podemos encontrarlos en El Bierzo, y con un poco de atención los distinguiremos sin dificultad. Carecemos por desgracia del maravilloso quejigo andaluz o africano, Quercus canariensis (caso curioso en la botánica, pues no se encuentra en las islas Canarias, creyéndose que fue una confusión de los primeros botánicos que lo herborizaron). Es para muchos, entre los que me encuentro, el más bello “roble” europeo, con hojas parecidas al castaño, de hasta 20 cm. de largas, que en parte permanecen verdes durante el invierno. Sus bosques del Parque Natural de los Alcornocales en Cádiz y Málaga, en los barrancos localmente denominados “canutos”, son una de las maravillas de la flora nemoral (de bosque) europeas. Junto a él encontramos auténticas reliquias de la era terciaria, cuando un clima más suave y húmedo que el actual llenó de un bosque siempreverde las tierras europeas. El laurel portugués, Prunus lusitanica, también presente en el fornelo arroyo Fresnedelo -Gistredo Nº 0-, o el rododendro, Rhododendrum ponticum, orlan junto al agua a la gran fagácea. Tampoco encontraremos en el Bierzo al roble pubescente, Quercus humilis, restringido a Cataluña y estribaciones pirenaicas.
Los cuatro Quercus caducifolios autóctonos del Bierzo son el rebollo, Quercus pyrenaica; el roble albar, Quercus petraea; el roble carballo o albar (normalmente no se suele distinguir en nombre del anterior, la denominación carballo, aunque no se usa en El Bierzo, nos ayuda a distinguirlo de su congénere), Quercus robur; y el quejigo, Quercus faginea. Hay que hacer notar que el género Quercus se hibrida muy fácilmente. Quiere esto decir que dos especies pueden fecundarse entre sí, dando lugar a ejemplares con caracteres intermedios entre ambos, lo que dificulta su correcta determinación. Así, por ejemplo, en El Bierzo encontraremos muy pocos ejemplares puros de roble albar, Quercus petraea, siendo la mayoría de ellos atribuibles a híbridos de este roble con el roble carballo y e incluso con el rebollo. En estos casos los botánicos intercalan una x entre el nombre latino genérico y el específico. De esta forma Quercus x rosacea es el híbrido natural entre los robles albar y carballo, siendo mucho más abundante hoy en día que sus progenitores, aunque nosotros por razones de simplicidad seguiremos denominándolo roble albar.

Ver más http://personal2.iddeo.es/jograma/Revista4/page5.htm

Descripción y localización de las diferentes especies.

Quercus pyrenaica.
Rebollo, rebolo o roble a secas es denominado en El Bierzo. Distinguimos perfectamente a este roble (de nombre científico confuso, pues apenas si se encuentra en Los Pirineos) por su oscuro tronco, muy agrietado en ejemplares adultos, y sobre todo por su hoja, con pilosidad tanto en el haz (parte de arriba) como en el envés, donde toma el tacto del terciopelo. Sus lóbulos están muy marcados, no siendo infrecuentes los ejemplares cuyos lóbulos llegan hasta el nervio central. Es común oír y leer que no adquiere grandes tallas, pero la única razón para que ello no ocurra es el hacha o la cerilla. Hay en el camino a las Alzadas de Vilar de Acero, por no citar más que un ejemplo, ejemplares de unos 25 m. de altura, que para sí querrían especies más “nobles”. Su capacidad estolonífera (brotar desde la raíz ) le proporciona su nombre (aunque en ciertas zonas de Castilla denominan rebollo al quejigo), y una gran resistencia frente a talas o fuegos, aunque muchos de sus bosques no pasan de altos matorrales. Encontramos bosques magníficos en el Bierzo Oeste, Ancares, por debajo del roble albar (Paradaseca, Vilar de Acero), valle medio del Sil y del Boeza, Valle de Compludo, Las Tejedas, Peñalba,... aunque no hay pueblo berciano donde sea desconocido...

Quercus petraea.
Roble albar. Como decíamos, son raros en El Bierzo los ejemplares puros. Lo distinguimos del rebollo por su tronco más claro (de ahí su nombre), mayor porte en general en los ejemplares adultos, sobre todo en cuanto a su grosor, hojas lampiñas (sin pelos) a simple vista, con lóbulos poco profundos y gran simetría; con un pecíolo (rabillo), bien desarrollado, de al menos 1 cm., a diferencia del carballo, con el que se podría confundir. Bellotas sentadas, sin pedúnculo (rabillo que las sostiene). Es más abundante su híbrido con el roble carballo, muy parecido. Lo distinguimos por sus “orejitas” en la base de la hoja y su pedúnculo mediano sosteniendo las bellotas, junto con otros caracteres reservados a los expertos. Ambos son muy abundantes en todo el cinturón montañoso que rodea al Bierzo, donde forma el grueso de las impresionantes “morteiras” ancaresas y fornelas (Porcarizas, Burbia, Tejedo, Suárbol, Suertes, Puerto del Trayecto...), los “abeseos” del alto Sil (Palacios, Caboalles, Cuevas, Salientes...) y las umbrías de Gistredo-Catoute (Pardamaza, Campo...). También presente en otras muchas zonas, aislado o formando pequeños bosques inmersos en los rebollares (alto Oza, alto Noceda...). Algunos de los árboles más corpulentos del Bierzo pertenecen a esta especie: los bosques de Porcarizas, el “mortal” del oso en Tejedo de Ancares o las laderas de Zaramedo atestiguan esta afirmación.
Quercus robur.
Roble carballo, aunque la mayoría de los lugareños le denominan roble albar como a su primo hermano. Puede ser fácilmente confundido con él, aunque algunos rasgos específicos son muy claros. Así, su pecíolo es muy corto, apenas distinguible en algunos casos. Su hoja es netamente más obovada que la del roble albar, es decir, su máxima anchura suele estar más cerca del final de la misma. Sus dos “orejitas” en la base son conspicuas, y sus bellotas tienen un largo pedúnculo que las sostiene, de bastante mayor longitud que en el híbrido Quercus x rosacea. Por lo demás es muy parecido al anterior en su porte, tronco..., aunque los ejemplares viejos (prácticamente inexistentes en nuestro territorio), son aún más majestuosos que los del roble albar. Puede decirse que es el roble menos abundante en nuestros lares, al menos en cuanto al número de individuos (el quejigo, aunque menos extendido, abunda localmente). Lo encontramos disperso en los bosques de roble albar del arco montañoso berciano y en las cercanías de cursos de agua y terrenos arcillosos. Parece más abundante en el Bierzo occidental, quizá por su cercanía a Galicia, donde es el roble más abundante, y curiosamente casi todos los ejemplares conocidos por quien esto escribe son relativamente jóvenes.

Quercus faginea.
Quejigo, caxigo. Es uno de los Quercus con mayor variabilidad foliar, quizá por su gran tendencia a la hibridación. Sus hojas son más coriáceas (endurecidas) que en los anteriores, y sus lóbulos poco profundos y acabados generalmente en punta. Su tamaño de hoja es comúnmente menor, desde pocos cm. a 7 u 8, aunque en El Bierzo sus hojas son netamente mayores que en Castilla, semejándose más bien a los ejemplares de la mitad sur de la península: Monfragüe, Sierra Morena, de hojas más grandes. Es desconocido en la mayor parte del Bierzo, aunque en ciertas localidades es el “roble” más abundante. Así sucede por ejemplo en zonas de Priaranza, Santalla, Voces.... es decir, en las umbrías de los Aquilianos occidentales. Espectacular por su diversidad arbórea resultan algunas zonas de los términos de Priaranza y Santalla (arroyo del Val por ejemplo). Aquí encontramos todos los Quercus bercianos (los 4 aquí tratados más la encina y el alcornoque), junto con otra decena al menos de especies arbóreas. Son espléndidas las masas de castaño bravo, y algunos árboles realmente escasos en El Bierzo aparecen por todas partes: es el caso del arce de hoja pequeña, trilobulada, Acer monspessulanum, o una variedad de mostajo, Sorbus torminalis, de hojas lobuladas, que le hacen parecer un arce al profano. El lantana, Viburnum lantana, arbusto empleado en jardinería, perfuma el aire con sus vistosas flores en primavera, y el bullicio de las aves entre la fronda resulta reconfortante. Realmente uno no sabe si abogar por la protección de estos parajes (sin lugar a dudas la mayor biodiversidad vegetal del noroeste ibérico) o que permanezcan desconocidos al gran público. La presencia temible de un bulldozer en mi última visita (supongo que para gastar algún fondo comunitario de arreglo de caminos rurales), me impulsa a que desde estas páginas os anime a que guía en mano, los que la necesitéis, recorráis este bosque antes de que sea un simple recuerdo de nuestros ancianos, y de paso publicar los valores naturales de este poco conocido rincón berciano.

Breve bibliografía.
Ceballos, L. y Ruiz de la Torre, J.: Árboles y arbustos peninsulares. Madrid, Publicaciones ETSIM, 1979. Recientemente reeditado, pues estaba agotado. El mejor libro sobre árboles ibéricos.Varios autores. Guías de campo de árboles. Muy buena la de Ginés López González, de INCAFO, reeditada recientemente por Mundi Prensa.Vizcay, M.A.: Árboles y bosques de las montañas noroccidentales ibéricas. Rev. Gistredo Nº 0. Mayo de 2000.
Miguel Ángel Vizcay es Biólogo y experto en árboles, con varias publicaciones científicas y de divulgación al respecto; reside en Cacabelos y es socio de la Peña de Montañeros Gistredo desde hace años.

5 comentarios:

Miguel dijo...

Bueno, vaya sorpresa, ni siquiera sabía que la revista Gistredo estaba en Internet. Cuando escribí el artículo no conocía el carballo (Quercus robur)de Carracedelo, el más grande sin duda del Bierzo.

A MORTEIRA dijo...

Miguel, que se te olvida mencionar el quejigo de Carracedelo, aunque con este ejemplar habrá que averiguar su grado de hibridación con, posiblemente, pyrenaica. En todo caso ahí está, creciendo y dando vida al entorno urbanizado

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Enhorabuena a los amigos de la peña Gistredo por permanecer activos y vitales a través del tiempo y seguir manteniendo su revista contra viento y marea dando cobijo, en este caso, a un gran experto y amigo de los árboles, Miguel Vizcay, maestro y amigo, con el que hemos recorrido numerosos caminos, siempre aprendiendo.
Toño.

Anónimo dijo...

Robles inmensos en el Bierzo,tenemos varios; en la zona occidental, en el valle de Bubin (municipio de Igueña), en las faldas de del pico Fernand Perez (Arcos de agua)aparece un inmenso ejemplar, probablemente Quercus rosacea (Quercus petaea x Quercus pyrenaica), el Roblón de Bubin.
Y en Palcios del Sil en el valle que sube a a las brañas de Pedroso en las faldas del Cueto del Oso.Dos inmensos Quercus petraea, aparecen en la subida a esa braña.


Un socio de la Peña Gistredo...

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