EXPERTOS ALERTAN DEL DETERIORO PROVOCADO EN TODA ESPAÑA POR LAS VISITAS INCONTROLADAS A LOS ÁRBOLES SINGULARES
Las visitas masivas a los árboles monumentales se están convirtiendo en una variante del turismo verde incontrolado que ya supone un peligro para la supervivencia de muchos de estos ejemplares en toda España. Así lo han denunciado diversos especialistas en árboles y en naturaleza, reunidos en un simposio auspiciado por la Fundación Cajamadrid. A las jornadas también han asistido empresarios del emergente sector del ecoturismo, quienes han coincidido en la necesidad de que la Administración mejore la regulación actual y, sobre todo, la aplique con más eficacia y mayores medios.
Los reunidos han puesto en evidencia la falta de información que existe en la sociedad sobre los riesgos que implican las visitas masivas a estos árboles. Aún descartando las actuaciones vandálicas - como las incisiones en el tronco o el abandono de basura - incluso las visitas respetuosas pueden causar graves daños a estos ancianos. Entre los perjuicios más graves y menos conocidos está la compactación del suelo que alberga las raíces: baste pensar que un grupo de 50 personas pesa más de 3 toneladas. “El acercamiento al tronco para una acción tan popular y en apariencia tan inocua como abrazarse a él puede causar, cuando se repite una vez tras otra, daños al nacimiento de las raíces principales, heridas por las que penetran plagas y enfermedades”, afirma Bernabé Moya, quien añade que “la recogida de frutos, hojas y otros recuerdos, repetida una vez tras otra, puede llegar a suponer un debilitamiento del ejemplar, que ya de manera natural suele estar débil por su avanzada edad, a pesar de la solidez que aparenta”.
El coordinador de las jornadas, Emilio Blanco, subrayó que “es especialmente grave el riesgo de las visitas a árboles monumentales silvestres situados en parajes alejados y en el seno de bosques o bosquetes singulares de alta calidad ambiental”. Blanco denuncia que “cada vez son mas frecuentes las visitas y los viajes organizados, incluso por la Administración, a estas reliquias naturales, y cada vez son más las empresas de senderismo que organizan rutas que pasan por esto sitios y crean precedentes nada positivos para estos enclaves, que son verdaderas microrreservas aunque no estén declaradas como tales”.
En este sentido, Ignacio Abella lanzó un mensaje de alarma sobre la situación de los últimos bosques de tejos de España, afectados por la alteración de las condiciones naturales que les han permitido llegar hasta nuestros días, mientras que César-Javier Palacios alertó sobre la especial debilidad de los árboles singulares de Canarias.
Otro de los problemas señalados en el simposio ha sido el importante retraso que arrastra la normativa sobre árboles monumentales y singulares en la mayor parte de las comunidades autónomas. Incluso en las que ya han decretado algún tipo de protección, ésta suele afectar a un número muy reducido de ejemplares y tener un carácter puramente nominal, debido a la falta de medios económicos para el mantenimiento de estos monumentos vivos.
Además, y a causa de la diversidad de normas entre territorios, las protecciones en unos trasladan el problema a los vecinos, como está ocurriendo con el arranque y comercialización de olivos multicentenarios en la España mediterránea. El arranque y comercialización de ejemplares singulares afecta también a los castaños, que son talados para utilizar una pequeña parte de las raíces en la industria del automóvil, y a las palmeras, afectadas por una devastadora plaga que tiene su origen en las importaciones descontroladas y el arranque y movimiento de ejemplares para la ornamentación de urbanizaciones y campos de golf.
Las jornadas Riesgos de la divulgación ambiental y el turismo verde contaron con la participación de Emilio Blanco, etnobotánico y consultor ambiental; Mariano Sánchez, subdirector del Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC); Ignacio Abella, escritor y naturalista; Bernabé Moya, botánico y director del Departamento de Árboles Monumentales de la Diputación de Valencia; Susana Domínguez, ingeniera forestal y responsable del proyecto Árboles, Leyendas Vivas; José Manuel Alcañiz, periodista medioambiental y filósofo; César-Javier Palacios, periodista y geógrafo; Óscar Prada, de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y Ángel Luis Martín, gerente de la empresa de senderismo Arawak.
DECÁLOGO ÉTICO PARA LA VISITA Y CONSERVACIÓN DE LOS ÁRBOLES Y BOSQUES MONUMENTALES SILVESTRES
En los últimos tiempos, los árboles monumentales y bosques de especial interés están soportando una presión acentuada, a causa de la curiosidad y la creciente atención que merecen. Sin embargo, este legítimo interés pone en grave peligro a corto plazo unos seres y ecosistemas de incalculable valor que si han llegado hasta nosotros ha sido, en no pocas ocasiones, por encontrarse en lugares inaccesibles o poco conocidos. Urge regular, del modo más preciso y exigente, las visitas guiadas a estos verdaderos santuarios de la vida silvestre.
La proliferación de malas prácticas en este sentido ha llevado a los abajo firmantes, personas y asociaciones comprometidas con el estudio, la gestión y conservación de estos árboles y arboledas monumentales (incluidas o no en figuras de protección oficiales) a elaborar un decálogo ético que sirva de guía para evitar la pérdida o menoscabo de este patrimonio.
Hay árboles monumentales en plazas, parques e iglesias, en las cercanías de los pueblos y en otros lugares más o menos humanizados cuya visita es aconsejable (siempre que se respete escrupulosamente el entorno) y tiene un extraordinario sentido didáctico. En cambio, los árboles y bosques monumentales silvestres deberían, en nuestra opinión, salvaguardarse con las precauciones que concretamos en este decálogo. Cualquier alteración de estas pautas debería efectuarse sólo tras un estudio cuidadoso de las posibilidades y las restricciones que, en su caso, se considerasen necesarias para preservar este patrimonio arbóreo. Hemos de pensar que basta un grupo o una persona, una Administración poco escrupulosa o una actuación descuidada durante un breve lapso de tiempo para terminar con la vida de un árbol o sentenciar un bosque centenario, comprometiendo así un proceso vital que deberíamos transmitir a las generaciones futuras, quien sabe si por cientos de años aún.
Además de introducir los cambios normativos necesarios, hay que exigir que las administraciones locales, autonómicas y del Estado, cumplan las leyes vigentes. Y, para ello, que establezcan los mecanismos reales de control, gestión y uso de los árboles y arboledas singulares, poniendo los medios materiales, humanos, técnicos y económicos necesarios y específicos.
Así pues, los abajo firmantes proponemos:
1.- Todo árbol o bosque monumental que ha sobrepasado cierta edad – por la simple protección del olvido, el desconocimiento, la inaccesibilidad o el respeto- debería tener una consideración legal, pero antes de nada, ética, que sirviera para garantizar de forma efectiva su protección.
2.- La divulgación de la localización de árboles y bosques monumentales silvestres puede hacerlos vulnerables y los deja indefensos frente a visitas más o menos masivas y planes irresponsables de desarrollo turístico que venden este nuevo producto sin preocuparse de analizar convenientemente el estado del patrimonio y de su entorno y el grado de afectación al que se le somete. Se recomienda especialmente no publicitar localizaciones GPS, itinerarios o indicaciones demasiado exactas.
3.- Cuando, a efectos de la declaración bajo una figura de protección determinada o por cualquier otro motivo, se produzca la divulgación de la situación exacta de estos árboles, deberán establecerse previamente las condiciones oportunas de visita. Si no ha sido así, convendría acentuar de forma inmediata la vigilancia y restringir -si fuera necesario- el número de visitas al ejemplar y su entorno como forma de minimizar en lo posible los efectos que pudiera acarrear el aumento de la presión.
4.- En ningún caso, empresas privadas con fines comerciales u organizaciones de cualquier tipo deberían publicitar y vender este patrimonio al margen de una estricta regulación que sería imprescindible para conservar este legado. Tampoco deberían favorecerse ni anunciarse las visitas en grupo.
5.- Pese a la apariencia de seres invulnerables e irreductibles que puedan tener estos árboles y bosques, pueden resultar extraordinariamente frágiles y sensibles a los cambios repentinos en su entorno, a las agresiones a su sistema radicular e incluso a las visitas que trepan, pisan reiteradamente las raíces del cuello y causan así daños graves por descortezamiento y apelmazamiento del terreno, sin hablar ya de actos directamente vandálicos como las marcas en la corteza o el abandono de desperdicios.
6.- Es importante, si se asume la responsabilidad de acercarse a conocer estos árboles o bosques excepcionales, hacerlo en solitario o en un grupo reducido, además de contar con el conocimiento de la Administración responsable y la autorización del propietario.
7.- En cualquier caso, las visitas a estos lugares deberían hacerse a pie, evitando por completo el acercamiento en vehículos motorizados, que distorsionan el entorno y banalizan la propia percepción del valor de estos árboles y ecosistemas.
8.- La construcción y adecuación de senderos o pistas de acceso, incluso bajo el lema del ecoturismo, puede acarrear a corto o medio plazo la pérdida o deterioro del patrimonio que se pretende explotar, además de alterar drásticamente la estética y el equilibrio del ecosistema.
9.- Debería prohibirse expresamente la recolección de material vegetal y de cualquier elemento del árbol y del entorno, incluida tierra, madera caída o materia orgánica del interior de los troncos en descomposición. En este sentido, es de difícil justificación la perforación de estos árboles con barrenas Pressler para determinar su edad.
10.- La regla de oro, en todo caso, ha de ser no dejar huella. Estos lugares y sus inmediaciones, idealmente, tendrían que encontrarse incluso libres de indicadores, marcas o carteles que desvirtúan el paisaje y resultan de dudoso gusto.
A MORTEIRA
ASOCIACIÓN DE AMIGOS DEL TEJO
ARBA (Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono). ASOCIACIÓN EREBA, ECOLOGÍA Y PATRIMONIO
COA (Coordinadora Ornitológica de Asturies)
ECOLOGISTAS EN ACCIÓN DE TOLEDO
GREEN (Grupo de Recuperación y Estudio de Espacios Naturales)
PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DE LA CORDILLERA CANTÁBRICA
SECA (Sociedad de Estudios Culturales y Ambientales)
TREPA (Trabajadores Especializados en Poda y Arboricultura)
Este decálogo tiene como objetivo ser asumido por personas individuales, asociaciones, grupos de montaña y excursionismos, empresas de senderismo, y ecoturismo y turismo rural, así como por los ayuntamientos, gobiernos autonómicos y el propio Ministerio
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