Desde hace tiempo diversas asociaciones conservacionistas y sociales venimos reclamando la adopción de dos medidas fundamentales para la conservación de la flora y la fauna. ·La primera de ellas es la supresión en las guías, folletos, carteles, rutas de ecoturismo y montaña, de toda referencia sobre árboles silvestres centenarios y / o plantas protegidas o en peligro de extinción.
·La segunda es la creación de microreservas de flora por las que, evidentemente, no debe haber rutas de ecoturismo. Dentro de ésta última medida se valora la instalación de vallados, siempre con el máximo respeto al paisaje y a la alteración del suelo y el hábitat de la fauna.
Estas medidas, actualmente bien conocidas y difundidas, se encuentran recogidas en el “Decálogo ético para la visita y conservación de los árboles y bosques monumentales silvestres” fácilmente accesible a través de internet y que, fruto de la observación y la experiencia, intenta evitar situaciones tan lamentables como la que en este momento viene sufriendo uno de nuestros tejos centenarios más conocidos: EL TEJO DE LA SENDA , en el monte de Canencia (Madrid), que se encuentra en la actualidad en un estado de decrepitud preocupante.
Su problema es la proximidad a una de las sendas más conocidas del Puerto de Canencia por un lado y por otro a escasos metros de la carretera que cuenta con un espacio donde estacionar los coches.
Innumerables personas pasan justo debajo del tejo y utilizan éste como descansadero, para tomar la comida, hacer fotos de grupo etc…. Como consecuencia, el estado del suelo alrededor del árbol es deplorable: completamente compactado por el pisoteo se dificulta la penetración del agua y del aire que necesitan sus raíces, muchas de las cuales afloran desnudas sobre el suelo, expuestas al pisoteo y las variaciones climáticas; no crece absolutamente nada en todo el diámetro de su copa y la tierra es arrastradas por lluvias y viento.
El resultado de todo esto es el delicado estado en que el árbol se encuentra en la actualidad, las ramas bajas están completamente desprovistas de hojas (salvo las del lado Este que tienen incluso algunas hojas nuevas) y el resto de la copa, aunque con hojas en las ramas, empieza a estar rala.
Es urgente la adopción de medidas que hagan que el suelo vuelva a regenerarse para que el tejo recupere su vitalidad. La medida fundamental pasa por apartar la senda a unos pocos metros del árbol, aunque éste se vea.
Un vallado de madera circular con un radio de unos 10 metros desde el tronco del árbol, hecho con respeto hacia las raíces y el suelo, y similar a tantos otros existentes en el término de Canencia, preservaría a este del pisoteo y la compactación.
La colocación además de carteles explicativos y de advertencia como es habitual en otros países y lugares completaría la actuación.
Por otra parte es necesario evitar toda referencia a éste tejo y otros árboles monumentales de éste Monte, que por su excepcional flora y estado de conservación debería ser declarado cuanto antes como Microreserva de Flora.
No es deseable ni conveniente que se haga publicidad o propaganda de este tejo monumental, ni en los folletos de la senda de montaña o ecoturismo, ni en ningún lugar de los alrededores, menos aún si dicho árbol no cuenta con medidas físicas y legales de protección como ocurre en la actualidad.
Amigos del Tejo y las Tejedas, ARBA, Ecologistas en Acción, GRAMA, Asociación Ecologista del Jarama “El Soto”, Los Verdes de la Comunidad de Madrid, ARDEA- Ecologistas en Acción, Jarama Vivo y Solidaridad Obrera.
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