Fuente: Diario de León 14/10/07
El árbol más emblemático del parque Gil y Carrasco de Bembibre, la secuoya que con 30 años de edad ronda los cuarenta metros de altura, muestra daños por una posible enfermedad. Desde la concejalía de Medio Ambiente se solicita la colaboración ciudadana para la protección del árbol, mientras los técnicos especialistas de la Junta estudian la posible afección de la planta.
La posible enfermedad de la secuoya se detectó hace aproximadamente tres meses, según confirmó el concejal delegado de Medio Ambiente, Manuel Ángel Rey: «Hace aproximadamente tres meses que detectamos que se le estaban cayendo las hojas. Si se mira desde la zona del instituto se ve perfectamente que tiene una herida como a unos diez metros de altura y de unos cinco metros en los que las calles - ramaje- no crecen».
Aún se desconocen los motivos de los daños y se analizan diversas posibilidades. «En un principio llegamos a pensar que se debía a una antena telefónica que hay allí y que podría haberle afectado la radiación, era una posibilidad» señaló Rey, quien puntualizó que «aun así hemos enviado a analizar la tierra y las hojas de secuoya».
Pendientes de recibir los resultados de los análisis, si que se ha recibido otro informe que asegura que las afecciones en este tipo de árboles están generalizadas. «Técnicos de otros puntos del país aseguran que estos árboles se han visto afectados por la climatología tan extraña que hemos tenido este verano», aclaró.
Desde el Ayuntamiento ya se han iniciado actuaciones de prevención. «También hemos detectado que tiene hongos por un exceso de humedad. Hemos cortado el riego y hemos eliminado el césped inferior y esperamos los resultados de los análisis para su completa recuperación», explicó el responsable municipal, que ha solicitado la colaboración ciudadana en la prevención y el cuidado de éste árbol «para que, de momento se abstengan de jugar, y menos con agua, a la sombra de este árbol, porque es perjudicial». También procederán al vallado del área de este árbol para garantizar una mejor protección hasta que se recupere.
El árbol más emblemático del parque Gil y Carrasco de Bembibre, la secuoya que con 30 años de edad ronda los cuarenta metros de altura, muestra daños por una posible enfermedad. Desde la concejalía de Medio Ambiente se solicita la colaboración ciudadana para la protección del árbol, mientras los técnicos especialistas de la Junta estudian la posible afección de la planta.
La posible enfermedad de la secuoya se detectó hace aproximadamente tres meses, según confirmó el concejal delegado de Medio Ambiente, Manuel Ángel Rey: «Hace aproximadamente tres meses que detectamos que se le estaban cayendo las hojas. Si se mira desde la zona del instituto se ve perfectamente que tiene una herida como a unos diez metros de altura y de unos cinco metros en los que las calles - ramaje- no crecen».
Aún se desconocen los motivos de los daños y se analizan diversas posibilidades. «En un principio llegamos a pensar que se debía a una antena telefónica que hay allí y que podría haberle afectado la radiación, era una posibilidad» señaló Rey, quien puntualizó que «aun así hemos enviado a analizar la tierra y las hojas de secuoya».
Pendientes de recibir los resultados de los análisis, si que se ha recibido otro informe que asegura que las afecciones en este tipo de árboles están generalizadas. «Técnicos de otros puntos del país aseguran que estos árboles se han visto afectados por la climatología tan extraña que hemos tenido este verano», aclaró.
Desde el Ayuntamiento ya se han iniciado actuaciones de prevención. «También hemos detectado que tiene hongos por un exceso de humedad. Hemos cortado el riego y hemos eliminado el césped inferior y esperamos los resultados de los análisis para su completa recuperación», explicó el responsable municipal, que ha solicitado la colaboración ciudadana en la prevención y el cuidado de éste árbol «para que, de momento se abstengan de jugar, y menos con agua, a la sombra de este árbol, porque es perjudicial». También procederán al vallado del área de este árbol para garantizar una mejor protección hasta que se recupere.
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